9/7/11

Como odio sentirme confundida. Como odio no poder tomar decisiones, no poder tener en cuenta todo lo que pasa, pasó, o podría pasar... Como odio no poder tomar una decisión tan simple como irme o quedarme. Como odio. Tengo tanto odio, pero a mi misma... por tan solo no poder decir: adiósAdiós a lo que me hace mal, a lo que no tiene vuelta atrás. Como odio decir 'adiós' y luego decir 'hola', solo por una debilidad mental y emocional, por alguna cierta imposibilidad de alejarme de lo que me hace daño. Por volver.
Necesito cambiar. ¿Necesito cambiar? Estoy hablando de un cambio que en realidad no puedo hacer. ¿Por qué?: Si justamente soy yo la que quiere que cambie alguien por su bien... ¿Y mi bien?
Tengo una confusión y una decisión que tomar. Tengo miedo, y la verdad, no confío, ni en mi, ni en nadie. Se que me vas a defraudar. Estoy confundida: ¿Mi propio bien, u otra oportunidad?
No quiero volver a tomar una decisión equivocada... y otra vez lastimarme. Y encima esta confusión junto con mi debilidad no me ayudan mucho.

Confusión, patológicamente hablando, comúnmente se refiere a la pérdida de orientación (habilidad para ubicar correctamente cosas como el tiempo, lugar e identidad personal) y de la memoria (habilidad para recordar correctamente eventos previos o aprender nuevo material).
La confusión no es sinónimo de la inhabilidad de poner atención, aunque la inhabilidad para poner atención puede causar, o contribuir a generar la confusión. En conjunto, la confusión y la inhabilidad para poner atención (ambas de las cuales afectan el juicio) son problemas paralelos de una pérdida o falta de las funciones normales del cerebro.

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